Toda historia tiene un principio...
Dicen que hay una línea muy fina entre la genialidad y la locura, y a ninguno se le vio caminar por esa línea con tanta frecuencia como al Dr. Richard Toonz.
Miembro muy respetado de la comunidad científica, Dr Toonz lideró el campo de las energías alternativas.
Trabajó incansablemente para encontrar lo que denominó "la fuente de energía definitiva", una forma de energía constante que pudiera construirse, desarrollarse y transformarse casi como un ser vivo.
A medida que se apasionaba más y más por su objetivo, la gente empezó a decir que estaba obsesionado. Pasaba semanas en su laboratorio, murmurando fervientemente para sí mismo y dedicando todas las horas a garabatear fórmulas e ideas en cualquier superficie libre que pudiera encontrar.
Pero, a medida que se acercaba a su objetivo, la gente no podía aceptar el peligro que conllevaba su innovación, y era acosado desde cada laboratorio que pisaba, lo que le obligaba a encontrar un nuevo camino...
Obligado a huir para continuar sus esfuerzos, el buen doctor escapó a las profundidades del mar, donde instaló su propio laboratorio de última generación para continuar su trabajo.
Y ahí es donde ocurrió. Toonz descubrió que esta nueva forma de energía no era como un ser vivo; ¡era un ser vivo! Múltiples cosas diferentes, y cada una proporciona su propia y única firma energética.
Y no sólo eso, sino que pueden crecer y enlazarse, creando algo mucho más poderoso de lo que jamás podría haber imaginado. Pero esto es sólo el principio...