James Trusler, director de personal de Play’n GO, habla de cómo el cambio a un entorno de trabajo digital proporciona a las personas el espacio que necesitan para triunfar.
Para millones de personas de todo el mundo, el trabajo tiene un aspecto muy distinto al que tenía hace sólo un par de años. Aunque la pandemia mundial fue, por supuesto, transformadora, yo diría que su principal impacto fue acelerar procesos que ya estaban en marcha.
Ese ha sido ciertamente nuestro caso en Play’n GO. El reto al que nos enfrentamos ahora es seguir construyendo el mejor entretenimiento de casino del mundo, incluso a medida que evoluciona la forma en que nuestro equipo participa en el proceso.
Como empresa que da prioridad a lo digital, con una plantilla global de compañeros remotos y de oficina, hemos pasado mucho tiempo luchando con esto. Nuestra solución es algo que llamamos "libertad flexible".
En resumen, la libertad flexible es cuestión de confianza. Se trata de dar a nuestra gente espacio para brillar, sabiendo que no necesitan que les cuiden y que todos estamos de acuerdo en nuestros objetivos.
En términos prácticos, cuando gran parte de nuestro equipo trabaja desde casa, esto requiere pasar a una forma de pensar centrada en los resultados. Al concentrarnos en estos resultados, en lugar de intentar imponer una estructura de trabajo, hemos descubierto que podemos aumentar el ingenio y la resolución de problemas de nuestros equipos.
Producir juegos fascinantes es nuestro negocioy dar a nuestra gente la libertad de hacer magia es dar resultados.
Un nuevo lugar de trabajo
Esto no quiere decir que no haya dificultades que superar con esta forma relativamente nueva de trabajar. Definitivamente, tener un espacio para intercambiar ideas es muy valioso, y siempre estamos intentando proporcionarlo, ya sea virtualmente a través de una serie de plataformas digitales, o en una oficina.
Estas plataformas digitales también son vitales para proporcionar los canales de comunicación necesarios para que sigamos colaborando. Es fácil subestimar la cantidad de trabajo y conocimientos que se requieren para crear un gran juego. Esta pericia es muy amplia, y la salsa secreta está en reunir partes dispares, desde modelos matemáticos hasta temas e interfaz de usuario.
Cuando cambiamos a un lugar de trabajo digital, no sólo queríamos mantener una comunicación fluida entre equipos, sino mejorarla.
El cambio al trabajo a distancia ha coincidido con nuestra expansión a mercados internacionales más regulados, sobre todo en Norteamérica. Abandonar la estructura clásica de oficinas nos ha permitido pensar y colaborar globalmente.
También hay que tener en cuenta otras cuestiones. Uno de nuestros principales objetivos en los últimos años ha sido la salud mental de los miembros del equipo. El trabajo a distancia puede aliviar muchas de las tensiones del trabajo de oficina tradicional, como eliminar los largos desplazamientos, liberar más tiempo para relajarse y permitir que cada uno configure su propio entorno de trabajo.
"Hemos descubierto que cuando nos centramos en las personas y les proporcionamos el respeto, la confianza y la libertad que necesitan para triunfar, nuestra cultura prospera, aunque no estemos en el mismo espacio físico".
Pero también entendemos que puede dar lugar a otros problemas potenciales, como que las personas se sientan aisladas. Hemos creado una línea de apoyo a la que nuestro equipo puede acceder si hay algo que les gustaría comentar. No queremos que nadie se sienta solo.
Otro aspecto que nos hemos planteado mucho últimamente es cómo podría afectar a nuestra cultura como empresa el hecho de dar prioridad a lo digital. Siempre hemos estado muy orgullosos de la cultura que hemos construido durante más de 15 años en Play’n GO. Hemos trabajado muy duro para asegurarnos de ser sinónimo del tipo de creatividad progresista y pionera que hay detrás de los mejores juegos.
Preservar y ampliar esta cultura es absolutamente prioritario. Para nosotros, la cultura de empresa siempre ha sido algo más que tenis de mesa y aperitivos gratis en la oficina.
La cultura tiene que ser orgánica y derivarse de los individuos que forman nuestros equipos. Hemos descubierto que cuando nos centramos en las personas y les proporcionamos el respeto, la confianza y la libertad que necesitan para tener éxito, nuestra cultura prospera, aunque no estemos en el mismo espacio físico.
El trabajo a distancia no es un código de trucos para las empresas que esperan reducir costes y eludir la responsabilidad hacia su equipo. De hecho, dar prioridad a lo digital ha sido uno de los mayores retos a los que nos hemos enfrentado como empresa. Hemos persistido porque creemos firmemente que es la mejor forma de crecer, como empresa y como grupo de personas.